Primeras Papillas de Frutas

Si en casa sois grandes comedores de fruta, es muy probable que sientas que tu bebé de 6 meses tiene envidia de veros comer, y puede que incluso pida comida a gritos o trate de “robarla” de tu plato si la dejas a su alcance.

Las últimas recomendaciones de organismos oficiales tales como la OMS y la AEPED recomiendan lactancia exclusiva los 6 primeros meses de vida de un bebé, ya sea lactancia materna, artificial o mixta. Pasados estos 6 meses, el bebé deberá empezar a comer otros alimentos en lo que se denomina “alimentación complementaria”. 

Tanto la AEPED en sus Recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría sobre la alimentación complementaria, como la Generalitat de Catalunya en sus Recomendaciones para la alimentación en la primera infancia aconsejan introducir la alimentación complementaria a partir de los 6 meses y empezando por el alimento que cada familia considere oportuno, sin hacer caso de las obsoletas recomendaciones de dejar algunos alimentos para los 9 o 12 meses (salvo algunos en concreto indicados en dichas guías, como los pescados grandes con alto contenido en mercurio o las verduras de hojas verdes por su contenido en nitratos).

Aun así, muchas son las familias que consideran adecuado comenzar ofreciendo a sus bebés fruta como primeros alimentos, junto con los cereales.

La AEPED en su guía afirma que el gusto por los sabores se desarrolla a edades tempranas, por lo que no sientas miedo de ofrecer a tu bebé frutas ácidas como fresas o kiwis, ya que esto lo predispondrá a disfrutar de este tipo de sabores en su edad adulta.

Cómo ofrecer fruta a los bebés

Aunque las últimas recomendaciones oficiales apuntan a ofrecer los alimentos a los bebés en trozos adaptando la textura a las habilidades del bebé siguiendo el método BLW, no todas las familias se sienten seguras con este formato y prefieren alimentar a los bebés de la forma más tradicional, a base de papillas de frutas.

En cualquiera de los casos, cada fruta nueva deberá ofrecerse como único alimento nuevo del día, a fin de detectar posibles casos de alergias. Con los alimentos potencialmente alergénicos, que en el caso de las frutas serían las frutas con pelo, las bayas, etc. Esta recomendación se extiende a tres días de presentación como único alimento nuevo.

Tanto si decides ofrecer fruta a trozos o fruta en papillas a tu bebé, es importante atender a las señales de hambre y saciedad del niño o la niña. Tanto la lactancia como la alimentación complementaria deben ser a demanda y, para evitar problemas derivados de la obesidad infantil, nunca se debe obligar a comer a un niño, aunque el niño o la niña haya comido menos de lo que se esperaba.

Cómo preparar papillas de frutas para bebés

Si finalmente has decidido dar papillas de frutas a tu bebé debes tener en cuenta que a los 9 meses deberás hacer transición a sólidos para que a los 12 meses esté completamente integrado en el menú familiar.

Para que esta transición sea lo menos traumática posible para ti y tu bebé, una idea que puedes poner en práctica es machacar con el tenedor las frutas que sean más blandas, como el plátano o la pera madura. Así el bebé podrá conocer cómo es el sabor real de las frutas y jugar con su textura.

Las frutas que son más duras, como la manzana, sí será necesario rallarlas o, directamente, triturarlas para ofrecerlas en forma de papilla tradicional.

Para poder triturar estas frutas duras con poco jugo, debes evitar usar zumos aunque sean naturales. La OMS y la Academia Americana de Pediatría son claras a este respecto, nada de zumos antes del año de vida de los bebés, y después recomiendan limitar su ingesta debido a los azúcares libres que presentan. 

Para hacer papillas de frutas, lo mejor es usar frutas enteras combinando las que son más duras con las que tienen más jugo, para facilitar su triturado. En caso de que necesites que la papilla quede más suave se le puede añadir agua o leche materna o de fórmula.  

Hay sabores que el bebé no aceptará de primeras. Es necesario ofrecer alimentos hasta 15 veces a los bebés para que se acostumbren a los nuevos sabores y texturas. Si al bebé no le gusta la papilla que has preparado, no está recomendado añadirle azúcar o galletas (incluidas las galletas para bebés) ya que el sabor extradulce hará que más tarde rechace alimentos en su formato original por ser poco palatables.